Ya sabemos que con la edad, el cerebro se “encoge”.

Pero un estudio de la University College London publicado recientemente en la revista Sleep Health mostró que los cerebros de las personas que habitualmente toman una siesta de 30 minutos son más grandes que aquellos que no lo hacen, en unos 15 centímetros cúbicos.

Este estudio también mostró que la siesta tiene el poder de retrasar el envejecimiento entre 3 y 6 años. También se cree que esta práctica puede prevenir la aparición de enfermedades degenerativas al reducir la inflamación y mejorar las conexiones entre las células. También se cree que ayuda a compensar el sueño inadecuado durante la noche. Sin embargo, se sugirió que una siesta más temprana interrumpía menos el sueño nocturno que una más tardía.

Ya tomaste tu siesta hoy?

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